Querida tía Paquita,
Espero que al recibo de esta te encuentres bien tanto tú
como los tuyos. Te escribo porque estoy en una encrucijada personal y debo
tomar una decisión muy importante en mi vida y que puede condicionar mi futuro.
Acudo a ti por tu experiencia y porque siempre nos has dado buenos consejos a
toda la familia.
Con esto de la “crisis”, o así lo llaman, mi empresa está
pasando por un momento muy difícil y corre el riesgo de cierre. ¡No te asuste!
que aún puede que haya una “solución imaginativa” para salvar mi puesto de
trabajo.
Me han hecho una oferta y tengo que responderles dentro de
muy poco tiempo. Sólo me han dado 3 días para que decida sobre mi futuro y el
de los míos, en el que te incluyo, por supuesto.
La oferta es que me “me garantizan” mi puesto de trabajo a
cambio de perder “un poquito”. ¡!Ya lo
sé tía!!, tal y como siempre nos decías, en las comidas familiares, “no hay que
renunciar a nuestros derechos , porque ha costado mucho conseguirlos a la gente
de tu generación y han luchado mucho para que ahora, nosotros, los
jóvenes no les demos importancia y
renunciemos a ellos a la primera de cambio”!!!.
Pero es que “trabajo es trabajo”
Lo que me plantean es que les dé mi consentimiento para irme
a otra empresa, además debo renunciar al convenio que tengo ahora, también me
reducen el salario en un 5%, aunque yo hago mis números y me sale casi un 12%, ¡seguro que me estoy equivocando en algo!
Además debo renunciar a otros pluses y deberé concursar, en esa otra empresa,
para ver que puesto ocupo. Eso sí, me respetan mi contrato y mi antigüedad,
pero de lo demás nada de nada. Me dicen que diga que sí, que ya negociaremos
luego pero, ¿Puedo confiar en lo que me
dicen?
Por otro lado, esa empresa, a la que me quieren mandar, no
está muy por la labor de aceptarme. Uno de los socios no me quiere y otro no ha
firmado ningún compromiso ni se ha pronunciado favorablemente a aceptarme.
Pero es que “trabajo es trabajo”.
Todo es tan oscuro que empiezo a pensar que hay algo detrás
que no me están diciendo y que de algún modo me están mintiendo. Les he hecho
muchas preguntas y siempre obtengo la misma respuesta ¡YA SE VERÁ!, ¡ESO LO
NEGOCIAMOS DESPUES!,! ESO AHORA NO ES IMPORTANTE!, ¡ESO AUN NO LO TENEMOS
DECIDIDO!.... y así siempre. A todo lo que yo les pregunto sobre mi situación,
Ellos me contentan lo mismo.
¡Ves tía!, es muy difícil tomar esta decisión y por eso
acudo a ti.
Crecimos en casa oyendo decir a toda la familia, INCLUIDA TÚ,
Que debíamos estudiar, que debíamos hacerlos hombres y mujeres
de provecho,
Que teníamos que aprovechar todo eso que habían conseguido
para nosotros, EDUCACION PUBLICA, SANIDAD PÚBLICA, DERECHOS SOCIALES Y LABORALES,
Que no nos dejáramos engañar por aquellos que, teniendo el
poder, podían engañarnos,
Que las palabras se
las lleva el viento y lo importante es lo que se firma.
Que la unión hace la fuerza.
Que tenemos nuestros derechos y nadie puede quitárnoslos
porque sí.
Que luchemos siempre por lo que creemos justo
En mi cabeza retumba con fuerza todos estos sabios consejos
que me has dado y no paro de darle vueltas a una pregunta ¿Tía
Paquita, puedo fiarme de lo que me dicen?
Te ruego que me aconsejes como si fuera yo el primo Paquito
y me ayudes a tomar esta difícil decisión.
Muchas gracias por el tiempo que le has dedicado a estas
letras y espero pronto tu respuesta.
Afectuosamente,
Tu sobrina Francesca.
NO FIIIIRRRRMEEEEESSSSS!
ResponderEliminarCon mucho cariño,
Tu tía Paquita