viernes, 2 de diciembre de 2011

RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,

y un huerto claro donde madura el limonero;

mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;

mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido

—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,

más recibí la flecha que me asignó Cupido,

y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,

pero mi verso brota de manantial sereno;

y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,

soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura, y en la moderna estética

corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;

mas no amo los afeites de la actual cosmética,

ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos

y el coro de los grillos que cantan a la luna.

A distinguir me paro las voces de los ecos,

y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera

mi verso, como deja el capitán su espada:

famosa por la mano viril que la blandiera,

no por el docto oficio del forjador preciada.

Converso con el hombre que siempre va conmigo

—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;

mi soliloquio es plática con ese buen amigo

que me enseñó el secreto de la filantropía.

Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.

A mi trabajo acudo, con mi dinero pago

el traje que me cubre y la mansión que habito,

el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

Y cuando llegue el día del último vïaje,

y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,

me encontraréis a bordo ligero de equipaje,

casi desnudo, como los hijos de la mar.

1 comentario:

  1. Las palabras de la Consejera fueron conmovedoras; sobre todo cuando mencionó las "dificultades presupuestarias" que estamos atravesando. Ella confiesa estar en la batalla por solucionar el presupuesto de ITC, y yo así lo creo. No obstante, la publicación definitiva de los presupuestos generales de Canarias para 2012, a finales de diciembre (el 27 es el debate final), reflejarán en qué medida ha resuelto la batalla.
    El poema de Machado con el que nos deleitó es precioso, conmovedor también, aunque no me queda del todo claro cuál es el ánimo que la llevó a elegir este poema; se trata de un retrato sincero, tan valiente como humilde... ¿pretendía retratar a ITC o a sí misma? No sé, pero los versos finales, aludiendo al "último viaje" al que se llegará "ligero de equipaje" me hicieron rezongar en mi sitio.
    En cualquier caso, no puedo negarle la originalidad y el gusto de ofrecernos un poema, gesto al que me hubiese gustado responder, en caso de haber sido posible, con otro poema: yo habría elegido el "Romance de la Paz condenada", de Pedro Lezcano Montalvo

    Mi boca puede besar,
    cuando de besar se trata.
    Puede comer si le dan,
    y puede escupir la rabia.
    Pero lo que da razón
    a la boca es la palabra.
    Sin ella la mía es,
    mortal herida en la cara.
    Por eso cantó mi boca
    la paz, ¡y vuelve a cantarla!

    Pero no hay palabras buenas,
    para entendederas malas.
    Si digo rosa, la rosa,
    se pone tan colorada,
    que hasta la rosa se olvida
    de que hay también rosas blancas.

    Yo dije: buscad la paz.
    Y la paz que aconsejaba
    ¿no era la blanca paloma
    apostólica y romana?
    Tiñeron la paz de rojo,
    vistieron la paz de máscara.
    Dije y digo, ¡quiero paz,
    a la puerta de mi casa!
    La paz no tiene vergüenza,
    de desnudarse en la plaza.
    La paz es madre de todos
    pero de ninguno ahijada.

    Por la razón de mi boca
    digo que la paz se haga.
    Que la simiente sea mies,
    y la mies se eche en la parva
    y la trilla la navegue
    y Julio avente la paja
    y el grano grávido quede,
    ...y que se muela en el agua.
    Y la mano de los hombres,
    modele cada mañana,
    esa escultura de amor,
    que es el pan de quien trabaja.
    Que desde que abran los ojos,
    hasta que acuesten la cara,
    paz y pan hagan los hombres.
    Tan parecidas palabras
    son la paz y el pan, que entiendo
    que de lo mismo me hablan.

    Pero tiñeron la paz de rojo,
    la paz que yo aconsejaba.
    Y alguna razón tuvieron
    para mirarla encarnada.

    La paz será siempre roja,
    ¡mientras sangre como sangra!
    Pedro Lezcano Montalvo


    Antonio Ortegón Gallego
    Delegado Sindical CCOO
    Delegado de Prevención de Riesgos Laborales

    ResponderEliminar

NORMAS DE PARTICIPACIÓN:
- El texto del comentario siempre ha de ser respetuoso.
- Los comentarios tienen que guardar relación con el tema o no serán publicados.
- No se admitirán mensajes ofensivos, difamatorios, discriminatorios por razones de sexo, raza, religión o cualquier otra condición, que inciten a la violencia o atenten contra la dignidad y el honor de las personas, especialmente los menores, o las instituciones, o que incumplan o inciten al incumplimiento de la legalidad vigente.